31/10/07

Calor Humano


El Grupo Intergubernamental de Expertos Sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas acaba de dar su último e inapelable dictamen: el planeta se está calentando y los principales responsables somos los humanos.

Quedan descartados los intentos de explicar el calentamiento global, como un proceso natural debido a las emisiones volcánicas, a los cambios en la órbita de la Tierra alrededor del sol o a la actividad solar.

Las enormes emisiones de gases como el dióxido de carbono y el metano, debidos a la actividad humana, refuerzan el Efecto Invernadero natural de la Tierra. El efecto invernadero se produce cuando la superficie del planeta, calentada por la radiación solar, emite radiación térmica que es absorbida e inmediatamente reemitida por componentes atmosféricos como el vapor de agua, el dióxido de carbono y el metano. Esto impide que buena parte de esta energía se escape al espacio, por lo que aumenta la temperatura media del planeta.

Alrededor de tres cuartos de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera producidas por los humanos durante los últimos veinte años provienen del uso de combustibles fósiles, como el petróleo, usado sobre todo para el transporte y la producción de electricidad. Su concentración Page 2 actual en la atmósfera es la más alta de los últimos 420.000 años y un 30% más alta que al comienzo de la revolución industrial. Según el informe del Grupo Intergubernamental, es probable que como una consecuencia la temperatura global aumente este siglo aproximadamente entre 2 y 4 grados.

Recordemos que el clima es un fenómeno muy sensible a las perturbaciones y cualquier alteración puede tener consecuencias difíciles de prever.

El aumento de la temperatura de nuestro planeta podría ocasionar elevación del nivel del mar, reducción de los hielos polares, multiplicación de sequías extremas y lluvias torrenciales, olas de calor y ciclones tropicales de mayor intensidad, con consecuencias impredecibles sobre la biodiversidad y la vida humana. El calentamiento del planeta puede tener efectos dramáticos sobre la vida individual, colectiva y la seguridad global.

Estamos sentados sobre una bomba de relojería que podemos desactivar si rectificamos la conducta humana que nos arrastra a esta descomunal catástrofe.

Con el clima no se juega; si la humanidad es responsable del problema, debe ser responsable de su solución. Científicos, gobiernos y ciudadanos de a pie deberíamos responder pronto a la pregunta: ¿Qué hacer con nuestro planeta?

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