31/10/07

Cuando La Mar, La Mar Se Pone Retrechera...


Verso del compositor Henry Martínez.

El mar, el océano, esa gran extensión de agua que ha inspirado a poetas, escritores, enamorados y marinos, es también fuente de inspiración de científicos e ingenieros.

Estudiarlo y comprender sus caprichos, predecir sus diferentes estados: mar calmo, violento o proceloso, resulta útil para la planificación de construcciones de plataformas marinas, para la predicción de catástrofes naturales como maremotos o tsunamis y para diseñar barcos que no produzca mareo en los pasajeros.

El Doctor José Rafael León, de la Escuela de Matemáticas de la Facultad de Ciencias de la UCV ha pasado buena parte de su vida de investigador modelando el mar.

El Doctor León nos explica: el mar puede ser estudiado considerándolo como una superficie aleatoria, regida por las leyes del azar. El análisis de los datos recogidos por boyas que miden las alturas del mar en diversos puntos y durante largos períodos de tiempo, permiten aplicar métodos estadísticos y proponer diversos modelos que ayudan a predecir su comportamiento.

La teoría de procesos aleatorios da las herramientas necesarias para tales análisis.

Supongamos que medimos la altura del mar en un punto fijo cada minuto. Podemos graficar estas alturas con respecto al tiempo, obteniendo así una curva por cada punto de la superficie marina, veremos los máximos o crestas, los mínimos o valles, las olas más pequeñas, el comportamiento promedio. Estas curvas son aleatorias. Para cada punto y en determinado lapso obtendremos una curva diferente. Si las boyas están localizadas en la misma zona del mar, éstas graban un comportamiento que corresponde a las mismas condiciones climatológicas y por lo tanto podemos pensar que están gobernadas por las mismas leyes, de naturaleza probabilística. Cada curva es considerada como una de las muchas posibilidades que se pueden obtener del mismo proceso. La descripción teórica de este proceso constituye el modelo matemático, digamos el “mar ideal”.

En teoría, se puede conocer, en un mar ideal, con qué probabilidad una ola alcanzará alguna altura prefijada, o con que frecuencia se alzarán olas de cierto tamaño. Podemos saber también cada cuanto tiempo se producen olas de una altura extrema y así prever como deben ser las estructuras de las construcciones marinas, para resistir este tipo de embate.

Modelar el mar sigue siendo un problema complejo, porque cuando la mar se torna retrechera nos sigue sorprendiendo.

No hay comentarios: