4/11/07

El Dolor Y La Analgesia


Todos sufrimos en algún momento un dolor. Sea leve o agudo, pasajero o persistente, frecuentemente buscamos alivio al dolor.

El Dr. Horacio Vanegas, médico investigador del IVIC, especialista en dolor y analgesia, y entre otras cosas, editor asociado de la Revista PAIN (dolor), nos explica:

El dolor es lo que sentimos cuando algo nos hace daño. Las terminaciones nerviosas del tejido que sufre el daño envían señales a la corteza cerebral para avisar que algo anda mal. Estas señales siguen una ruta "ascendente" desde la médula espinal hacia la corteza cerebral y en su camino atraviesan la región del tallo cerebral conocida como sustancia gris del acueducto de Silvio. Es allí donde se activa el sistema de control descendente del dolor, que utiliza analgésicos endógenos como las endorfinas y las encefalinas. Así, nuestro sistema nervioso, que responde con dolor al daño, genera su propio atenuante del dolor.

Desde tiempos muy antiguos el Hombre utilizó analgésicos exógenos para combatir el dolor. Estos son la morfina y otros derivados del opio, conocidos como opiáceos, y aquellos que no provienen del opio, llamados no-opiáceos, como la aspirina, el acetaminofén, el ibuprofeno y las dipironas.

El opio es conocido desde la época de los sumerios (5000 a.C.) y los romanos lo utilizaban con frecuencia. Su comercialización se extiende con la purificación de la morfina en 1818. La aspirina es también utilizada desde hace mucho tiempo. El ácido salicílico se obtenía de la corteza del sauce y era utilizado como analgésico con algunos efectos secundarios. En 1897 Félix Hoffman sintetizó la molécula de ácido acetilsalicílico, comúnmente llamado aspirina, de la cual todos conocemos sus efectos milagrosos.

Pero ¿cómo actúan estos analgésicos exógenos? Apenas ahora estamos comenzando a averiguarlo. Estos compuestos imitan en nuestro organismo a las endorfinas y las encefalinas, aunque sus moléculas no son siquiera parecidas. Los investigadores cada vez comprenden mejor cómo y donde actúan los analgésicos endógenos y exógenos. Por ejemplo, ahora se sabe que el sistema descendente de control de dolor se activa en el acueducto de Silvio, cuando se pensaba que su acción se iniciaba en la propia corteza cerebral.

Por el momento la Ciencia intenta adentrarse en los misterios del sistema nervioso. Dispone de tecnologías como la imaginería RMN, antes desconocida, y se sigue experimentado con animales de laboratorio.

¿Llegaremos algún día a controlar completamente el dolor humano? Esto es sin duda uno de los grandes retos de las Ciencias Médicas.

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