4/11/07

Gélida Espera


Se nos ha vendido la idea, a precios muy elevados, de la posibilidad de prolongar la vida por métodos criogénicos. Es decir, congelar los cuerpos, generalmente enfermos o ancianos, y volverlos a la vida cuando los avances tecnológicos puedan garantizar la curación o el rejuvenecimiento de la persona congelada.

El Dr. Pedro Rodríguez, Coordinador del Centro de Microscopía Electrónica de la Facultad de Ciencias de la U.C.V. y especialista en criopreservación de células animales, nos explica lo lejos que nos encontramos tecnológicamente de este objetivo:

La técnica de congelar células vivas es conocida desde los años 60. Se utiliza de manera común en Biología con el fin de estudiarlas, y diversos tipos de células se almacenan congeladas para ser utilizadas por los especialistas del mundo entero. Pero una cosa es congelar una célula para su estudio y otra es congelarla para revivirla.

Los tejidos vivos están constituidos de moléculas complejas y moléculas de agua. Las moléculas de agua son las más abundantes, podemos decir, que las moléculas complejas están “sumergidas” en agua. Al bajar la temperatura, el agua aumenta su volumen debido a la formación de cristales de hielo, produciendo así la destrucción de la célula.

Pero este proceso puede ser controlado. Con la ayuda de sustancias llamadas “anticongelantes”, es posible minimizar la cristalización destructora del agua, siempre que la temperatura descienda suficientemente rápido y alcance valores suficientemente bajos.

Para congelar una célula sin destruirla se requiere descender la temperatura hasta unos -100ºC y el proceso debe hacerse en unas pocas milésimas de segundo. Con este método de congelación ultra-rápida se pueden congelar células sin destruirlas.

Pero estamos hablando de unas pocas células. Si se quiere congelar un tejido, constituido por cientos de millones de células, o peor aún un individuo, constituido por cientos de tipos de tejidos diferentes, necesitaríamos poder alcanzar temperaturas similares, o más bajas, en unos pocos milisegundos.

Hasta este momento la tecnología para congelar un cuerpo sin que ocurra destrucción celular no está disponible. Las personas que han sido congeladas hasta el momento lo han sido con métodos de baja velocidad y perfundidos con anticongelante, lo que implica una destrucción celular importante. No es un problema de tiempo la espera de su resurrección.

Aquel hombre que se despierta de un largo y frío letargo, y tiene la misma edad que su bisnieta... por un buen tiempo, será pura ficción.

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