24/11/07

La Fuente De La Eterna Senectud


¿Por qué envejecemos? Esta inquietante pregunta ha acosado a la humanidad desde la más remota antigüedad, y ha dado lugar en muy diversas culturas a un sinnúmero de mitos y leyendas sobre la quimera de la eterna juventud.
También la ciencia se ha interesado por el asunto. Es así como en los años sesenta el investigador Hayflick descubrió que las células humanas no pueden dividirse más de unas ochenta o noventa veces. Posteriormente, dejan de funcionar, dañando incluso a las células circundantes y, aunque vivan algún tiempo más, se dirigen inexorablemente a la muerte.
Este comportamiento, llamado límite de Hayflick, no es exclusivo de las células humanas. Todos los organismos conocidos tienen tiempos de vida genéticamente limitados.
Se piensa que el límite de Hayflick se estableció en el curso de la evolución porque en la división celular es siempre posible que se produzcan errores en el copiado del ADN, que pueden causar enfermedades y otras anomalías. Con cada división la probabilidad de una mutación problemática es mayor, por lo que es conveniente que la división celular no sea infinita.
¿Cómo saben las células cuando detener la división? Los cromosomas, es decir, las cadenas de información genética contenidas en el núcleo de la célula, tienen en sus extremos una larga región de ADN repetitivo llamado telómero. El telómero no contiene información genética y su función esencial es la de proteger los cromosomas de la degradación.
Durante la división celular cada célula duplica su material genético y lo distribuye en las dos células hijas, que son, en teoría, genéticamente idénticas a la célula madre. Pero esta copia nunca es perfecta. El agente que duplica el ADN es como una impresora que no copia el final de una página. En cada división se pierde una parte del telómero, que protege así a los genes, de manera que no se pierda información genética. A medida que el telómero se agota disminuye su función protectora. El cromosoma se hace inestable y la célula deja de dividirse. Con la disminución de la longitud del telómero se reduce también una el metabolismo celular. Se cree que este mecanismo explica el límite de Hayflick.
De manera que el telómero, al tiempo que protege la información genética, hace las veces de reloj celular de la vida. Podríamos decir a ciencia cierta que es en el mejor de los sentidos, la fuente de la eterna senectud.

No hay comentarios: