4/11/07

El Espectro De La Música


La música es demasiado importante como para dejársela sólo a los músicos. Basta advertir que no ha habido a lo largo de la historia ningún grupo humano al cual la música le haya sido ajena. ¿Podemos concluir que la música es un códice universal? ¿Puede la ciencia diseccionar la música, hacer una especie de anatomía musical y buscar en su interior algún rasgo universal?

Las fascinantes investigaciones de varios físicos de la Universidad de Berkeley sugieren que sí.

La música es un patrón codificado en forma de sonido: es un patrón temporal y no espacial, la música ocurre en el tiempo. "La música, esa misteriosa forma del tiempo" escribió Jorge Luis Borges.

Los físicos suelen estudiar las series temporales, entre ellas las señales sonoras, midiendo su espectro de potencia, una función que brinda información acerca de cuánta energía emite la señal sonora en cada frecuencia. La forma del espectro permite conocer la correlación de las distintas frecuencias, es decir, en qué medida podemos anticipar un sonido posterior a partir de los anteriores.

Muchos sistemas físicos exhiben un espectro denominado plano, correspondiente a una señal blanca, en analogía con la luz blanca. En ella aparecen todas las frecuencias por igual, en la señal blanca no hay ninguna frecuencia privilegiada. La señal es totalmente descorrelacionada y no hay manera de saber qué nota sigue a otra porque es totalmente aleatoria.

Otras señales llamadas brownianas son demasiado correlacionadas, recuerdan mucho su historia y por eso son demasiado previsibles.

Otros sistemas físicos, aquellos que están en equilibrio dinámico, tienen un espectro de potencias intermedio. La señal se llama señal rosada y en ellas pareciera combinarse de manera óptima el factor sorpresa y las expectativas.

Los físicos en la Universidad de Berkeley analizaron centenares de piezas musicales, del barroco al rock pesado, del folklore ruso a Los Beatles, del jazz a Los Conciertos de Branderburgo y música hindú o africana. El resultado asombroso es que toda la música tiene un espectro de potencias correspondiente a la señal rosada. Todo aquello que llamamos música debe poseer estructura, debe tener un patrón que active nuestro cerebro, gran descubridor de patrones. Pero el patrón no debe ser obvio, porque dejaría de interesarnos. La música está moderadamente correlacionada, combinando adecuadamente novedad con expectativa.

Mozart y el Indio Figueredo crearon sus composiciones sin saber que ellas tenían un rasgo universal en común: el espectro de la música.

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